Hace un año y seis meses marchaba alzando una bandera arcoíris con la cual sentía que me defendía de la discriminación y resaltaba la ideología de la libertad de expresión. También iba por la vida conociendo personas, viendo sus etiquetas y clasificándolas según sus características.
Hace un año me encontraba entre cuatro paredes, dialogando conmigo misma y creyendo saber todas mis verdades.
Hace tres meses me di cuenta de que nunca supe mis verdades hasta que me di la oportunidad de mirar a mi alrededor evitando las etiquetas y dando paso a la aceptación de que las personas simplemente son.
Hace un mes acepté que simplemente quiero ser feliz y que la vida se va dando en base a lo que te hace sentir bien y por eso “hoy “es diferente.
Hoy soy capaz de entender que esa bandera no representaba mi ideología, sino que representa lo que quiero ser como persona.
Hoy acepto los matices y rechazo las etiquetas, porque cada persona es diferente y única.
Hoy empatizo con las personas que aman, aquellas que son capaces de entregar lo mejor de si mismos a otros y a sus seres queridos, porque por medio del amor uno se siente más vivo.
Y finalmente en un día como hoy puedo concluir que amar es vivir y “vivir” siempre será un derecho.
Viviana Rojas, Padis+ mujeres
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