“Yo soy la verdadera vid y mi padre el viñador, Él corta todos mis sarmientos que no dan fruto, lo poda para que den más fruto. Ustedes están limpios por la palabra que yo les he anunciado… El que permanece en mí, yo les considero de mi sarmiento. Pidan lo que quieran y se les dará, la gloria de mi padre consiste en que ustedes den fruto abundante y así sean mis discípulos”(Jn 15,1-8).
Nos garantiza su confianza, su presencia, nos hacer sentir seguros y seguras para dar fruto, ser dignos de sentirse sus discípulos, es decir, felices. Vale la pena, la poda. (Guillermina Luza rscj
esta reflexion aun no tiene comentarios