Santa Magdalena Sofía escribe desde la ciudad de París Francia, a la Madre Good, el 1 de Julio de 1849 y dice: “Quería escribirte, hija, desde que llegó Elena, pero siempre el trabajo me lo ha impedido; está enferma desde hace meses la Madre Cahier y es necesario suplirla. Sin embargo, me urge decirte cuánto he agradecido tu recuerdo; has olvidado tus sufrimientos para ocuparte de lo que pudiera agradarme. Elena me ha expresado tus sentimientos y me ha entregado las cosas que le confiaste para mí. Cuánto te lo agradezco porque te has desprendido de lo que poseías, y son cosas que las necesitarás en otras ocasiones, al menos así me parece… Aquí estamos bajo la amenaza del cólera; dos de las nuestras han estado muy mal y en gran peligro. En la parte política tampoco estamos mejor… Espero que me escribirás unas líneas cuando puedas, y sobre todo, hija, ofrece algunos momentos de tus sufrimientos para ayudar a la Iglesia, a la Sociedad, a tu Madre; todos estamos en cruz y nada anuncia una próxima liberación ¡Fiat! Y puesto que tú no puedes batallar, al menos tus dolores suplirán con creces y serás más útil que muchas otras para atraer los socorros del cielo. Adiós, hija, recibe la seguridad de mi inalterable afecto in C.J.M. Barat”.
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