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   20 de Abril de 2020

Animarnos a saltar, transformar y transformarnos...

“Animarnos a saltar, transformar y transformarnos...” Jesús en sus apariciones nos serena regalándonos la Paz... una paz que no viene de la pasividad o el silencio. Es la paz de quienes han sabido vivir la fecundidad en la espera, permanecer con mirada atenta a la realidad y a la historia..., la paz de quienes se atrevieron a gritar y a anunciar que VIVE!!!! María Magdalena nos enseñó a no tener miedo y a anunciar con gran pasión y alegría la resurrección... no permaneció en silencio, se animó a la Palabra, esa Palabra que regala la Paz... Los amigos y amigas de Jesús habían escuchado a María Magdalena, pero tenían miedo, un miedo que impide descubrir que Jesús VIVE, un miedo que encierra y que silencia. Jesús mismo se hace presente en medio de ellos y ellas. Al regalarles la paz, les regala la posibilidad de superar el temor y dar el paso profundo que implica la PASCUA. Ese paso que permite pasar del miedo a la valentía, de la tristeza a la esperanza, del silencio al anuncio, del encierro a la libertad, de la incredulidad a la fe... Este tiempo tan particular que estamos viviendo en cada rincón de nuestros países, de nuestro mundo, es tiempo de dolor... de repliegue... Es un tiempo particular que nos exige vivir la Pascua desde una experiencia más densa y profunda... más que dar un PASO necesitamos dar un SALTO... Un SALTO que nos lleve, de las divisiones a la unidad, de los sectorialismos a la comunidad, de la individualidad a la solidaridad, del cuidarme al cuidarnos, del salvarme al salvarnos, de la violencia al cuidado mutuo, de la pasividad ritualista a la fe transformadora... Un SALTO que nos ayude a construir otro mundo, otra sociedad, otra realidad posible... Jesús confía en sus amigos y amigas para dar ese salto, para multiplicar ese anuncio, para sembrar esa esperanza... En estos días hemos vuelto a vivir la experiencia profunda de las primeras comunidades cristianas. Esta vez, en la intimidad del hogar, la iglesia doméstica, miles de mujeres recrearon el anuncio de esperanza... y en torno a su mesa partieron el pan con sus familias, encendieron la luz en medio de la noche... volvieron a narrar la historia y el misterio... con signos y símbolos que hicieron presente la Pascua, multiplicando en cada hogar un templo... cientos de templos cerrados, millones de hogares transformados en iglesia... Este tiempo puede ser para nuestro mundo, para nuestras familias y comunidades, posibilidad de re-creación, momento del salto transformador de nuestra fe y de nuestra experiencia de SER IGLESIA. Ya no podemos volver a lo que éramos... porque “hemos visto y oído”, porque una nueva y vital experiencia se desplegó entre nosotras y nosotros... porque saboreamos la experiencia de esas primeras comunidades descubriendo su profunda riqueza... porque Jesús nos enseñó a creer... sin ver... y nos llama a crear comunidad... en medio del aparente aislamiento... Hermanas y hermanos, que la paz del Resucitado nos impulse a dar los pasos profundos que implica la Pascua... ¡atrevámonos a dar SALTOS TRANSFORMADORES y ESPERANZADOS, con la certeza de saber que Jesús Vive en medio nuestro! Evangelina Petrelli Laica, mamá y esposa. Educadora y Trabajadora Social. Responsable de la Animación y Gestión de Comunidades Educativas. Miembro del Equipo Educativo de la CONFAR (Conferencia de religiosos y religiosas de Argentina)

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