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    11 de Mayo de 2022 - Por Sergio Cracogna

El Señor ha RESUCITADO para darnos vida en abundancia

¿Qué es la Resurrección? ¿Cómo entenderla?

Podemos hablar de la Resurrección porque hay testimonios de ella y porque podemos comprenderla desde la experiencia espiritual personal y colectiva.

Jesús nació en Belén de Judá, pero creció en Nazareth, una aldea al extremo norte de Palestina. Según testigos judíos que lo seguían para escuchar sus enseñanzas y corroborar sus hechos, y también historiadores de la época manifestaron lo siguiente:

Jesús después de ser traicionado por sus propios seguidores, sus más cercanos, de ser condenado por el poder religioso (Sanedrín) con un sinfín de calumnias y mentiras, de ser entregado a Poncio Pilato (gobernador de la región de Judea) para que lo ejecute, sufrir torturas y ser crucificado por el ejército romano junto a delincuentes y finalmente morir desangrado en la cruz… ese hombre sin más presentación y defensa que su bondad, justicia y verdad al automanifestarse como el Hijo de Dios vivo… ese hombre, según los testigos directos de los hechos….RESUCITÓ. Esto significa, en palabras simples, que lo vieron muerto, pero que después de tres días lo vieron vivo y compartieron con Él. Estos hechos fueron escritos en el Evangelio, género literario creado por ellos para transmitir esta experiencia como testigos directos. Todo esto lo sabemos entonces según las Escrituras Sagradas, las cuales fueron escritas justamente para que nosotros creamos y tengamos vida en Él. (Jn 20,30-31) (Jn 10,10) (Jn 14, 6)

Sus testimonios tuvieron un impacto sin precedentes en la historia humana, para las personas que vivían en esa época y también hasta el día de hoy. Entonces no es una teoría, no es una leyenda, no es un acontecimiento común sino extraordinario para toda la humanidad. Jesús de Nazareth está VIVO, HA RESUCITADO, habló con nosotros, lo vimos, compartimos la mesa juntos y nos hizo saber que Él es el camino hacia la verdad sobre el hombre y la vida plena. Eso dicen dichos testigos. (Jn 21, 1-24)

Entonces sabemos lo que es la Resurrección. Pero no es suficiente para poder experimentar personalmente el sentido y alcance vital y decisivo de este acontecimiento más de dos mil años después, en la vida concreta de cada persona hoy.

En efecto, lo que acabamos de considerar no es suficiente para comprender espiritualmente la Resurrección, es solo un relato histórico que apenas nos alcanza para entenderla racionalmente como posibilidad, tal vez…. pero aún no me abre a lo esencial del misterio y no responde por qué hasta hoy los hombres siguen creyendo.

Para ello debemos considerar que la Resurrección es más que una comprensión racional porque tiene que ser experimentada por el testigo hoy. ¿Y cómo se puede hacer esta comprobación? ¿cómo podemos aproximarnos a vivir la Resurrección tanto personal como comunitaria en este tiempo? ¿Cómo ser testigos nosotros en la realidad que nos toca vivir?

Podemos tener esta experiencia espiritual de resurrección por la fe, “Quien cree en mí no morirá jamás”, nos dijo Jesús, el Señor Resucitado. El encuentro con Él te resucita, es la resurrección. (Jn 11, 25-26)

Ahora bien, creer significa creerle a Jesús, su vida toda y sus Palabras nos interpelan para comprender y saber elegir por qué caminos andar en la vida, nos enseña a vivir para que tengamos vida verdadera que emana de Dios y nos lleva a Dios como agua viva (Jn 4,13-14) La Resurrección no es solo una palabra referida a una supuesta situación que pasó históricamente, sino que se transforma en una realidad al ser vivida en las acciones de cada día en la vida personal y en la comunidad. Si por la fe hago lo que me dice, me reconoceré también como resucitado en la vida cotidiana, porque su Palabra me da vida al hacer lo que me propone el enviado del Padre. (Jn 7, 16-18)

La Resurrección, por lo tanto, es vivir conforme a la enseñanza de Jesús por la fe activa. Es un confiar y activar en nosotros la opción de creer. Amamos porque creemos, perdonamos porque creemos, somos justos porque creemos, tenemos esperanza porque creemos…. Y así la fe se transforma, no en una idea sino en una experiencia del Dios vivo porque el Espíritu que Resucitó a Jesús viene a morar en nosotros. (Jn 14,23) Por eso la fe es la prueba de las realidades que no se ven (Heb. 11,1)

María, la madre de Jesús lo sabía, lo sabía muy bien y así lo vivía, porque fue la primera en creerle a Dios que se realizaría el designio de la nueva vida para el ser humano, por eso obedecía, ofrecía y esperaba. Y porque lo sabía, en las bodas de Caná nos invitó y desafió provocando el inicio de la vida nueva, de la nueva alianza al decir a los sirvientes, y en ellos a nosotros, “hagan todo lo que Él les diga” (Jn 2, 5)

Entonces, la fe se hace plena y produce una aproximación al misterio de vida trascendente cuando no solamente oímos su mensaje de vida, sino cuando obedecemos por la fe. Quien se abre a esta experiencia de escuchar a Jesús y poner en práctica su enseñanza experimentará una dinámica de vida que lo impulsa a vivir con sentido, descubre un verdadero tesoro, vivirá como resucitado, la muerte ya no puede vencerlos …. Tampoco el mal.

Eso es estar resucitados, es actualizar la gloria de Dios en nosotros. La experiencia de vida nueva en nuestras vidas nos hace testigos directos al igual que los testigos que nos han precedido, incluso dando sus vidas.

Es una invitación para quienes tienen fe, seguir creciendo en opciones de vida según la propuesta de Jesús.

Pero también podemos decir que es una invitación para quienes no creen o tienen sus dudas, sea por los falsos testimonios de vida cristiana actual, sea porque no les enseñaron quién es Jesús, o por cualquier motivo. Ellos, sin fe explícita, saben que pueden optar por amar y ser justos como enseña Jesús, saben también que es una propuesta. Y, por qué no, una apuesta válida para encontrar sentido y plenitud, porque es una propuesta que da sentido de vida, salva, te hace trascender la mirada reduccionista a lo meramente material del mundo que no puede llenar el corazón del ser humano que busca trascendencia. La Resurrección de Jesús es la vida en el Espíritu de Jesús, el Cristo que se nos da siempre gratuitamente, pero tenemos que responder por la fe activa, obedecer.

¿Cómo te sientes cuando amas de verdad, cuando ayudas al necesitado, cuando abres tu corazón al desamparado o sin esperanza, cuando ayudas a quien lo necesita? Bueno, esa experiencia ya la podemos considerar como VIDA RESUCITADA, que será más plena después de la muerte.

El mismo Señor después de la Resurrección nos da pistas para saber si vivimos ya ahora Resucitados al decirnos que no tengamos miedo, sino paz y alegría. En efecto, en Él ya no hay temor por la práctica del amor según su propuesta. Tu corazón es su corazón sintiendo la paz de saberse amados por Dios infinitamente y esto se manifiesta en alegría desbordante de la Gracia en el Espíritu.

El Señor te invita hoy personalmente y en comunidad a adherir a su propuesta de vida, te invita a vivir como RESUCITADO. La RESURRECCIÓN comienza hoy, aquí y ahora. Sentirás que la vida tiene sentido, es un camino hacia el encuentro con Dios … a participar de su naturaleza divina. (Jn 14,1-3)

Sergio Cracogna

 

 

 

 

 

 

 

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