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    07 de Junio de 2022 - Por Raquel Ayala rscj

Dios tejedor

"Nadie nace por casualidad y Dios tiene un proyecto para cada  persona que, desde el vientre materno,  ha trazado una misión en su vida". En algunas de mis  lecturas encontré esta idea que me llevó a reflexionar y  preguntarme ¿Qué misión ha trazado Dios para mi vida?. Para poder responder a esta pregunta, me ayudó la idea de ver que en nuestra vida hay un hilo conductor que, si miramos nuestra historia personal, vemos que muchas cosas que hemos vivido, fue el Señor el que las permitió para descubrir el Proyecto de la vida personal.

Me sirvió mucho, una reflexión que hicimos en la comunidad con un fragmento de Dolores Aleixandre rscj en su libro "A la sombra de la Palabra. Orar con Magdalena Sofía Barat"  (p.8) que me llevó a pensar  que en la vida de Nuestra Santa Madre, todo lo que vivió fueron hitos de un "hilo" para desarrollar el Proyecto que "el Dios tejedor", fue desarrollando en ella  a lo largo de su vida.

Me gustó la imagen del Dios Tejedor y en la oración personal, surgieron dos preguntas: ¿Cuáles han sido los hilos que el Dios tejedor ha trenzado en mi vida? ¿Cómo ha ido trabajando Dios en mi historia personal?

Fue impresionante mirar mi historia personal y cómo Dios fue marcando e hilando cada etapa de mi vida. No  estuvo privada de cosas que me hicieron sufrir y ver la acción de Él, en los momento de oscuridad o difíciles en la búsqueda de respuestas. A medida que iba adentrándome en el hilo conductor, fui descubriendo que el Señor me preparaba para el seguimiento radical  y absoluto, de dejarlo todo por Él.  Aparecían “nudos“ que impedían esa entrega al Proyecto que se iba preparando  para responder al llamado del Señor, pero él con su paciencia infinita me ayudaba a deshacerlos y  recobrar el tejido del Dios Tejedor. Hubo personas que puso en mi camino que me ayudaron a descubrir lo que esperaba de mí y a discernir mi respuesta al llamado que Dios me hacía a través de signos y situaciones a veces difíciles y otras dolorosas.

Fue un golpe de gracia el que me llevó a descubrir lo que quería el Señor: entregarme  totalmente en la Vida Religiosa en el Sagrado Corazón de Jesús. Llevo 63 años de Religiosa y hoy tengo 90 años. He aprendido a dejarme llevar a donde Dios quiera que vaya y completar con alegría el trazado de mi vida, con docilidad y entrega generosa a la misión por la que vine a este mundo. Tengo la seguridad de la Presencia actuante de Dios en mi vida y me da mucha paz y alegría este trozo de la Biblia:

“No tengas miedo, yo estoy contigo, no te angusties Yo soy tu Dios. Te fortalezco y te auxilio. Te sostengo con mi diestra poderosa” (Is.41,10)

Raquel Ayala rscj

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