22 de Junio de 2021 - Por María Inés Toro rscj

Celebración Sagrado Corazón

Inicio este momento agradeciendo estar reunidas como provincia rscj y Región, saludando a la comunidad religiosa de León en México, a Quena Valdés (rscj) desde ARU. Estamos reunidas y reunidos como “la gran familia” SC que somos, con nuestros amigos y amigas y las familias que nos acompañan.

Se me ha invitado a compartir y lo hago un poco “aventurando al abrir mi corazón”. Son pensamientos y sentimientos, desde mi experiencia de mujer creyente que forma parte de un “cuerpo congregacional” como religiosas del Sagrado Corazón.

Como es nuestra costumbre, nos preparamos cada religiosa con un retiro previo a la celebración de renovación de votos. Recibimos una carta  de nuestra hermana, superiora general Bárbara Dawson. Algunas de sus frases que me fueron significativas es lo que les comparto.

"Debemos entrar en su corazón traspasado, un corazón abierto a la  alegría y al dolor. Es un doble movimiento, tan real de lo que hoy estamos  viviendo como comunidad global." Entonces me preguntaba ¿Qué quiero celebrar? sin evadir o dejar de acoger esta realidad que vivimos hoy, viene a mi mente donde ella nos decía en su carta… “la situación  en  que vivimos es abrumadora”. Estamos llamados a ser mujeres y hombres de ESPERANZA.

La imagen que en mis ejercicios me acompañó en la contemplación de la Cruz,  volvió a mí con fuerza en estos días de retiro: “Un corazón traspasado”. La Espiritualidad encarnada tiene un costo ¡Implicarse! Hasta dar la vida si es necesario. “Nadie tiene  amor más grande que el dar la vida por sus amigos” (Jn 15:13). Quiero celebrar, el compromiso por las y los demás, celebrar que somos “amigas y amigos de Jesús”.

En la lectura del profeta Oseas (11,1.3s.8), parte del relato dice “como los que alzan a una criatura contra sus mejillas”… se resalta una imagen de Dios  que es “ternura y calidez”. Quiero celebrar la ternura de Dios, sus cuidados por la humanidad.

La Espiritualidad encarnada en este contexto, se ha manifestado como Solidaridad. Quiero celebrar por tantas mujeres y hombres que se han dedicado a estar “presentes” con el hermano y hermana más vulnerable.

Jesús en la Cruz, indefenso, torturado, ¡ya muerto!, su corazón fue traspasado por una lanza. Mirando la Cruz en mi contemplación me surge este pensamiento “PODAR” y “CORTAR” para dar más frutos. Creo, que Jesús a lo largo de su vida experimentó momentos de “poda y  corte”. Ese vínculo con su Padre y su deseo hondo de hacer y vivir desde su voluntad, estar unido a Él, ser uno con el Abba, hace posible enfrentar la provocación sufrida en la Cruz ¡Si eres Dios, baja de la Cruz!, ¡Salvó a otros, sálvate a ti mismo!

Quien se deje “podar y cortar”, puede llegar a dar más fruto. Jesús, es nuestro modelo. De su corazón traspasado, obtuvimos como regalo el amor y la salvación. Quiero celebrar entonces la disponibilidad para dejarme y dejarnos “podar y cortar” y así poder dar esos frutos que Dios sueña para cada uno de nosotros.

Con estos deseos para celebrar y muchos más puestos en sus corazones, pidamos a la “Ruah” Espíritu, renovar hoy nuestro bautismo, nuestra consagración como religiosa del Sagrado Corazón. Renovar que Dios camina con su pueblo en la comunidad global. Renovar con la mirada de Dios que somos invitados a ser mujeres y hombres de Esperanza en este mundo roto y bendecido. Que junto a nuestra hermana mayor Sofía, nos mantengamos unidas y confiadas en la oración, que es el medio para “encender el Amor de Dios” en esta comunidad global. Así sea.

Imagen: Dibujo de Mané Toro rscj